TREMOSA Y LA GAITA por Arturo San Agustín

May 18, 2014

En aquella canción de José Alfonso, también llamado Zeca, aquella Grándola, villa morena, que sirvió para poner en marcha en Portugal la llamada revolución de los claveles, en cada esquina había un amigo. Aquí, desde hace unos días, en cada esquina está la fotografía, el cartel propagandístico de alguien que quiere ser eurodiputado, es decir, de alguien que busca la pasta gansa y sin esfuerzo. Quizás más que de pasta gansa debería hablar de pastón porque eso es lo que cobran los señores eurodiputados.
O sea, que de repente me doy de bruces contra las cejas nucleares de Alejo Vidal-Quadras, el hombre de la voz astillada, que desde su cartel, me dice que hay que cambiar. Y saliendo de una cafetería veo en la parte trasera de un autobús, en un anuncio electoral, al señor Josep María Terricabras que se está poniendo las gafas gesto que pone muy en duda que sea capaz de ver el futuro, tal como asegura. A este hombre, de voz sonora y como de sierra eléctrica, le pasa lo mismo que a uno de los hermanos de Pasqual Maragall, que ahora va en el mismo carro que Terricabras y que, por consiguiente, nos invita a inaugurar o estrenar un nuevo país.
Este hermano de Pasqual Maragall, que es una de mis actuales obsesiones, es la viva imagen de la tozudez más gris y aburrida. Una tozudez con cejas abundantes. Y aunque quizá sea trabajador, este hermano de Pasqual Maragall siempre ha tenido las hechuras cansadas, muy cansadas, dicho sea sin ánimo de ofender. A este hermano de Pasqual Maragall, insisto, siempre lo he visto yo con esa flojera que se lleva tanto en ciertas latitudes caribeñas y latinoamericanas. Pero la suya es una flojera que ni siquiera baila, porque en el Caribe se baila mucho.
Y en esas estaba cuando, el martes, pongo a Josep Cuní y aparecen en su programa los señores Ramón Tremosa y Javier Nart. Reconozco que, ya puestos, me hubiera gustado ver más a Juan Carlos Girauta, que va de segundo en su lista y que tiene la presencia de uno de aquellos mariscales de Napoleón. Quizá sean su peinado y sus patillas los causantes de que yo siempre lo vea así: como un mariscal un poco harto del emperador. Pero, en fin, el que estaba allí, a la izquierda de Josep Cuní, era Javier Nart, hombre afilado y de verbo profesional tan extenso como la Pampa argentina.
Javier Nart, que es abogado, que presume de saber árabe y de haber sido eso tan literario que antiguamente se llamaba corresponsal de guerra, se comió vivo y con corbata a Ramón Tremosa. Se lo comió pese a que el moderador, al final felicitó a ambos invitados por su brillantez. Tengo, pues, que preguntar a Josep Cuní si esa trola, esa gran trola, la dijo sin pensar o pensándola mucho. Porque a Nart, que pincha, no hay que preguntarle si le han dicho que estos días adopte maneras versallescas con sus contrincantes, algo que, por cierto, no le beneficia. Nart, con sus gafas metálicas, tiene perfil de abogado de novela de Dickens y las maneras aparentemente versallescas le perjudican. Entiendo que lo hace, que le han dicho que lo haga, para que su estudiada agresividad oral y gestual no le quite votos, pero lo suyo no es la mano tendida sino la pistola de pistón de dos cañones.
Pero es de Ramón Tremosa, es de este hombre esforzadamente pulido y bien peinado, es de este economista especializado en política monetaria, que no parece haber nacido en el barrio barcelonés de Gracia y que tampoco parece haber nacido para la ironía ni quizá para lo política, de quien me gustaría hablar a partir de aquí, porque lo de Escocia ya no se puede soportar más. Tremosa, desde el principio, cuando recibió el primer aviso de Nart, se pasó el programa más atento a Escocia, al nudo de su corbata y al vaso de agua, que a la realidad catalana. De lo único que habló Tremosa fue de Escocia. Y también del Financial Times o de The Economist, que me da igual o lo mismo, porque el tema, la otra noche, era la realidad catalana. Tanto orgullo catalán y siempre estamos pendientes de alguien o algo, que antes fue Euskadi y Quebec y ahora es Escocia, el Financial Times, The Economist, etcétera, que siempre cobran por hablar del monotema catalán en sus páginas.
Propongo que Ramón Tremosa haga campaña, lo que queda de ella, rigurosamente vestido de escocés y soplando la gaita con gran afición y entusiasmo.
Quizá sólo así entienda que aquí y ahora se ha de hablar de la realidad catalana y no de Escocia. Si es que se tiene algo que decir; algo nuevo, claro.
LA VANGUARDIA 17/05/14 Suplemento QUIÉN

QUE SER VALIENTE NO SALGA TAN CARO por Sonia Sierra

May 3, 2014

…que ser cobarde no valga la pena, canta Joaquín Sabina en Luna de miel. Ojalá fuera así.

El 23 de abril, Societat Civil Catalana hizo su puesta de largo en el Teatro Victoria y fue tal el éxito de la convocatoria que mucha gente no pudo entrar. Pese a esto, no fue posible contratar a ningún actor o periodista conocido para presentar el acto porque con todos los que se contactó contestaban lo mismo: que les parecía una excelente iniciativa pero que si lo hacían, no volverían a trabajar aquí. Dejar de ingresar dinero por tu trabajo es un precio demasiado caro, sin duda.

Sin embargo, parece que la cobardía sigue valiendo la pena para muchos. Sería imposible resumir la cantidad de improperios y descalificaciones ha recibido Societat Civil Catalana y, mucho peor aun, las calumnias que se han vertido. Para mí, la mentira es la peor de las cobardías y, desgraciadamente, por estos lares, se miente sin parar sin que esto tenga coste alguno.

Así, sin pensar demasiado, se me vienen a la cabeza varios de los embustes que trufan el argumentario del Proceso: el famoso límite del 4% alemán que no existe; el déficit fiscal de 16.000 millones euros y el miserable España nos roba; la delirante visión de la historia según la cual Catalunya era un país independiente hasta que en 1714 perdió su libertad; el falso dictamen de La Haya y, finalmente, las disparatadas cifras de la Diada de 2012 que Carles Enric se encargó de desmontar desde este mismo medio y la cadena humana de 2013, como desmienten categóricamente desdeContrastant.

Sí, ya sé que todos mienten en cuanto al número de asistentes a las manifestaciones y eso, aunque está mal, no suele tener mayores consecuencias. El problema es que, en este caso, la manipulación sirve para justificar el proceso secesionista puesto en marcha por CiU. Y que no salgan con eso de que “no se trata de independencia sino de consultar al pueblo” porque no pretenden preguntar por aspectos sobre los que sí tienen competencias como son la privatización de la sanidad o la elección de lenguas en las escuelas sino sobre la secesión.

Por si no tuviéramos bastante con estas mentiras, ahora ya tenemos mentiras anunciadas con meses de antelación como los dos millones de la V de la ANC. Para empezar, si calculamos tres personas por metro cuadrado nos da un millón y medio pero hay que tener en cuenta todo el mobiliario urbano y que esa cifra hace casi imposible la movilidad. Para llegar a los dos millones debería haber cuatro personas por metro cuadrado. ¿Ustedes creen que caben? Yo, desde luego, no.

Además de eso, la ciudad de Barcelona, que es donde va a tener lugar la manifestación, tiene alrededor de un millón setecientos mil de habitantes. Si tenemos en cuenta que la suma de los votantes de CiU, ERC, ICV y CUP fue de 467.259 en las autonómicas de 2012, pongamos por caso que se manifiestan medio millón de barceloneses. ¿Cuál es el plan de viabilidad para que puedan desplazarse el millón y medio restante? Los autobuses suelen tener entre 50 y 60 plazas y los nuevos trenes de los FFCC. ¿Cuántos se necesitan para tantísimas personas? ¿Tienen ya trazado el dispositivo para los que se desplacen en coche? En caso afirmativo, me gustaría que se hiciera público.

Pese a las evidencias empíricas de que no es posible reunir esa cantidad de personas en ese espacio, no tengo ninguna duda de que en la próxima Diada dirán que la participación ha sido superior a esos dos millones previstos. Total, mentir sale muy barato, ya lo hemos visto.

Mientras tanto, formar parte de Societat Civil Catalana, seguirá saliendo muy caro porque equivale a ponerte en la diana para que te disparen sus venenosos dardos los partidarios de la secesión. Y sé de lo que hablo porque ya hemos visto en acción algunas de las más aguerridas plumas de nuestra Comunidad Autónoma. Algunos lo han hecho con un poco más de disimulo pero Marta Alòs, exdiputada, exregidora del Ayuntamiento de Lérida y Presidenta del Consejo Nacional de CiU ha hablado directamente de “enemigos”. De hecho, ha publicado un artículo titulado El enemigo en casa. Cito alguna de sus perlas: “Gente, hay que denunciarlo bien alto y claro, “botiflera” que, bajo una máscara de democracia, intenta obstaculizar procesos escrupulosamente democráticos”.

No me extraña que nadie quisiera presentar el acto de Societat Civil Catalana porque para significarte contra el separatismo en Cataluña, tomando las palabras de Mercé Rodoreda, tienes que volverte de corcho porque si no, no es posible atravesar un puente tan alto y tan largo como este. Aun así, seguiremos porque, a pesar de todo, ser valiente merece la pena.

 

http://www.economiadigital.es/es/notices/2014/05/que_ser_valiente_no_salga_tan_caro_53817.php

FRANKLIN EN MADRID O EL VICTIMISMO NACIONALISTA por Rafael Arenas García

abril 17, 2014

Se ha reparado poco en que el pasado día 8 de abril la proposición de ley orgánica planteada por el Parlamento autonómico para la delegación a la Generalidad de la competencia para autorizar, convocar y celebrar un referéndum sobre el futuro político de esta Comunidad fue rechazada en el Congreso no solamente por una amplia mayoría de diputados (299 en contra por 47 a favor), sino también por los diputados catalanes en el Congreso. De los 47 diputados elegidos en las circunscripciones electorales de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona, 25 votaron en contra de la proposición de ley y 22 a favor. Creo que es un dato relevante.

Es realmente curioso que se pretenda que la minoría no solamente es mayoría, sino que tiene la legitimidad para hablar en nombre de Cataluña. No es en absoluto inocuo hacer pasar el rechazo al independentismo como un rechazo a Cataluña

Y es relevante porque muestra que plantear el rechazo en el Congreso de la proposición de ley como un «no» de España a Cataluña es una tergiversación. El planteamiento secesionista querrá hacer pasar a los tres diputados del Parlamento autonómico de Cataluña que defendían la proposición (Turull, Rovira y Herrera) por representantes de Cataluña que se desplazaban a la «metrópoli» para defender los intereses de su país frente al opresor español. Es una imagen que el secesionismo ha cultivado desde hace tiempo y que, por lo que diré después, no me parece que sea en absoluto casual.

Lo cierto, sin embargo, es que quienes defendieron en el Congreso la proposición de ley representaban a fuerzas políticas (CiU, ERC e ICV-EuiA) que en Cataluña, en las últimas elecciones al Congreso de los diputados, obtuvieron 1.538.107 votos, de los que resultaron 22 escaños. Por el contrario, las fuerzas políticas opuestas a la proposición de ley en esas mismas elecciones generales, las celebradas en 2011, obtuvieron en Cataluña 1.636.125 votos y 25 escaños. Es realmente curioso que se pretenda que la minoría no solamente es mayoría, sino que tiene la legitimidad para hablar en nombre de Cataluña. Se trata de una manipulación que ha de ser denunciada, porque no es en absoluto inocuo identificar a Cataluña con los independentistas, haciendo pasar el rechazo al independentismo como un rechazo a Cataluña. Lee el resto de esta entrada »

1714 ¿BUENOS Y MALOS CATALANES?

enero 2, 2014

La guerra de Sucesión a la corona española, iniciada en 1701, fue el peor negocio de nuestra historia. Mal asunto morir sin heredero en España. Con la guerra de Sucesión primero y tres guerras carlistas un siglo más tarde, nos quedamos definitivamente descolgados de Europa.

El tratado de Utrecht supuso el fin de la supremacía española en el orden mundial. La vieja monarquía hispana perdía la mayor parte de sus posesiones europeas y ponía fin a su valioso monopolio colonial. Carlos II, el último de los Austrias españoles, moría en Madrid en 1700. Las dos coronas con derechos sucesorios: los Borbones de Francia y los Habsburgo de Austria se prepararon para la batalla dinástica. Y ello a pesar de que Felipe de Borbón, había sido ya designado por el testamento de Carlos II como legítimo soberano de España. Ni Austria, ni nuestros entonces enemigos tradicionales -Gran Bretaña y Holanda- iban a aceptar esta decisión. Así pues, en España se libra esta contienda entre 1700 y 1713, o 1715 si aceptamos la rendición de Mallorca como el último hecho militar.

Es en esta Europa, que se inicia en el siglo de las luces, de la razón, que debemos situarnos en la Barcelona de 1700. Por un lado, la nobleza urbana y la burguesía más progresista, ilustrada y deseosa de los cambios que venían de Francia, abrazó al pretendiente Borbón. Por otro, la nobleza rural, buena parte del clero y los comerciantes y artesanos que veían con recelo las nuevas ideas del reformismo borbónico, y preferían conservar sus privilegios heredados del régimen anterior, vieron con buenos ojos al archiduque Carlos. ¿Eran unos mejores catalanes que los otros? No, sin duda no. Eran dos formas de ver una realidad social y dos proyectos de sociedad alternativos. Dos personajes relevantes de la historia barcelonesa de ese momento, ilustres ciudadanos y claramente enfrentados enemigos -botifler el uno, austriacista el otro-, fueron mis dos abuelos sextos por línea materna. Uno, Antonio de Alós y Rius, y el otro, José Galcerán de Pinós. Lee el resto de esta entrada »

IZQUIERDAS, DERECHAS Y NACIONALISMO

noviembre 9, 2013

«Primero se hizo compatible ser de izquierdas y ser nacionalista.

Después se hizo obligatorio.

A continuación declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era de derechas.

Y en gradual abaratamiento y envilecimiento de las palabras, bastó sugerir educadamente alguna objección al nacionalismo ya hegemónico para que a uno le llamaran facha o fascista.»

Antonio Muñoz Molina

  • Antonio Muñoz Molina es un escritor español y académico de número de la Real Academia Española, donde ocupa el sillón u. En 2013 fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras.Wikipedia

CONMIGO, O CONTRA MÍ de Arturo Pérez-Reverte

octubre 31, 2013
Un lector me preguntó el otro día por mi escepticismo político: mi falta de fe en el futuro y mi despego de esta casta parásita que nos gobierna, sólo comparable a la desconfianza que siento hacia nosotros los gobernados: sin víctimas fáciles no hay verdugos impunes. Siempre sostuve, porque así me lo dijeron de niño, que los únicos antídotos contra la estupidez y la barbarie son la educación y la cultura. Que, incluso con urnas, nunca hay democracia sin votantes cultos y lúcidos. Y que los pueblos analfabetos nunca serán libres, pues su ignorancia y su abulia política los convierten en borregos propicios a cualquier esquilador astuto, a cualquier lobo hambriento, a cualquier manipulador malvado. También en torpes animales peligrosos para sí mismos. En lamentables suicidas sociales.
Hace dos largas décadas que escribo en esta página. También, en los últimos dos años, Twitter me ha permitido acercarme a lo más caliente de nuestro modo de respirar. Y no puedo decir que sea confortable. Inquieta el lugar en que una parte de los lectores españoles se sitúan: lo airado de sus reacciones, el odio sectario, la violenta simpleza -rara vez hay argumentos serios- que a menudo llegan a un desolador extremo de estolidez, cuando no de infamia y vileza. Cualquier asunto polémico se transforma en el acto, no en debate razonado, sino en un pugilato visceral del que está ausente, no ya el rigor, sino el más elemental sentido común. Lee el resto de esta entrada »

MAS, RADICALISMO, CONFUSIÓN Y FALSEDADES

octubre 5, 2013
Lo que son mentiras groseras entrarán en la cabeza de muchas personas honorables como victorias claras, por obra y gracia de un aparato mediático falsario como no hay en ninguna democracia. Las sandeces dichas por Jordi Pujol siempre me parecieron disonantes, ridículas y de mero oportunismo. Ahora Mas hace lo mismo gracias a su control mediático, que ejerce a todas las horas del día, imponiendo una línea informativa de manera casi generalizada, para enmascarar sus falacias.
El presidente de la Generalidad, Artur Mas, durante el Día de Convergència de 2013

El presidente de la Generalidad, Artur Mas, durante el Día de Convergència de 2013 / FOTO: CDC
Alfons Quintà
Jueves, 3 de octubre de 2013 – 08:57

Mas quiere hacer creer que todos los catalanes están de acuerdo con él. Pero a menudo la verdad se impone. Entonces, Mas se irrita. Hace unos días, le tocó recibir a lo que denominó «las élites». Semánticamente, dio a la palabra un significado muy comparable al que lograba bajo el nazismo la palabra plutocracia, o en el comunismo la expresióncapitalismo internacional.

De hecho, Mas pensaba en los dos únicos bancos catalanes (CaixaBank y Sabadell), en Fomento del Trabajo Nacional, en el Círculo de Economía y, muy en general, en los empresarios y financieros. Todos tienen que vivir de realidades y, en efecto, están escandalizados por los delirios de Mas, como lo tendría que estar todo el mundo con un poco de inteligencia. Los que todavía no lo estén, lo llegarán a estar, seguro. De momento, Mas berrea como si fuera un caudillo unánimemente amado, mientras más y más sectores de opinión -no confundir con TV3 o sus panfletos- le dan la espalda, empezando por UDC.

«Cambiar el curso de la historia» (¡solo!)

Creyéndose que es un gran hito histórico, Mas dijo el martes que las élites «no tienen que pretender cambiar el curso de la historia». Él lo ha pretendido hacer, a pesar de que está más solo que la una, incluso dentro de CDC, respecto a UDC y ERC. Este último partido se lo está merendando. No digo nada del delirio que encarna cuando quiere hacer creer que la Unión Europea está con él.

En realidad, Mas ha optado por aumentar el ritmo de sus insensateces. Una tras otra, creciendo también en virulencia. Aumenta la radicalidad y el tono intolerante, con intermedios comerciales, auténticos spots televisivos, puntuales y nada creíbles, diciendo que todo el mundo, en especial el PSC, se tiene que poner detrás suyo. Burro quien se lo crea. Mas ha hecho tanto daño que ninguna coalición ni ninguna cooptación resulta aceptable.

Durante un tiempo, la radicalidad le puede servir para mantener el clímax sentimental de sus seguidores, pero ni estos lo podrán mantener demasiado tiempo. En cuanto a atraer más bobos, precisamente el aumento de la radicalidad lo está llevando a todo lo contrario. Los moderados se asustan, legítimamente, y los del morro fort acabarán muertos, aplastados por el Principio de la Realidad, formulado por Freud.

En el reciente debate parlamentario, Mas incluso se quiso cargar más de un siglo y medio de catalanismo ponderado, diciendo que no ha funcionado. Adiós Aribau, Prat de la Riba, Cambó, Almirall y Macià, que ha llegado Mas. En realidad ha llegado la rana de la fábula que se toma por un buey y acabará reventado, de tanto querer sacar pecho. Mas va camino de encarnar el fin del catalanismo político, no el inicio. Es el omega, no el alfa. Lee el resto de esta entrada »

¿DINAMITANDO PUENTES?

agosto 9, 2013

Un expresidente del Gobierno de España dado a hacer declaraciones extemporáneas explicó en una universidad americana que nuestro país tiene un problema con el terrorismo islámico desde hace 13 siglos. Desde la batalla de Guadalete en 711, la España cristiana se encuentra en lucha multisecular contra ese fundamentalismo islámico empeñado en doblegarla para convertirla en parte del mundo musulmán. Produjo escándalo esa visión tan epidérmica, tendenciosa e irresponsable de la historia. Ahora, son historiadores los invitados a la llamada del Centre d’Història Contemporània vinculado al Departament de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña para ser voces autorizadas en un simposio que con el título España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014) pretende analizar la acción política “casi siempre de carácter represivo del Estado español en relación con Cataluña” en esos tres siglos, según reza su anuncio.

Quienes han programado el encuentro pareciera que utilizan el mismo discurso histórico de quienes piensan que seguimos en cruzada contra el islam, porque tratarían de convencer a la ciudadanía catalana de que su enemigo histórico es desde hace siglos el Estado español. Cual si fueran dos bolas de billar compactas, España y Cataluña llevarían enzarzadas en un combate de boxeo desigual, durante 300 años, como si hubiera un plan geoestratégico multisecular diseñado para dominar a la nación catalana.

Suponemos que no quedará en el olvido ni la opresión ejercida por los señores feudales catalanes ni la explotación del proletariado industrial por sus muy catalanes patronos o, incluso, los recientes expolios cometidos por algunos clanes políticos tan patrióticamente catalanistas… Convertida en un baúl repleto de agravios, la historia se convierte así en un fácil recurso para crear identidades antagónicas y para alimentar discursos demagógicos que tanto hacen peligrar la convivencia ciudadana, haya o no haya fronteras. Cabe imaginar la impaciencia con la que la Generalitat aguarda los resultados del simposio, pero cabe que los resultados no sean los previstos y la Generalitat se encuentre con un análisis crítico, opuesto a lo que pretendía cosechar. En todo caso, el mal ya está hecho.

Crear una audiencia de patriotas y no de ciudadanos es jugar con fuego

Lo más triste no es este enésimo y burdo abuso de la historia. Siempre ha existido gente manipuladora o convencida de que, por ejemplo, los irreductibles vascones ya combatían a las legiones romanas al modo en que los “heroicos gudaris” atacaban cuarteles de la Guardia Civil. Lo triste reside en que este congreso lance enunciados que ya de por sí son consignas, como hablar de “España contra el País Valenciano” o del “arranque del expolio económico en el siglo XVIII”. Les endosan estos temas a algunos de los mejores historiadores de esta generación: profesionales de extraordinaria solvencia intelectual, que han renovado el conocimiento histórico, rompiendo con los antiguos moldes de la historiografía franquista y escribiendo obras de las que hemos aprendido mucho.

Confiemos en sus análisis. Si, como decía Marc Bloch, la historia es una ciencia de preguntas, seguro que estos prestigiosos colegas no se van a someter a la consigna de poner el enfrentamiento entre nuestras respectivas “comunidades imaginadas” como leit-motiv. Los organizadores del evento puede que pretendan crear una audiencia no de ciudadanos, si no de patriotas, pero están jugando con fuego. La búsqueda de los ultrajes que se remontan a la noche de los tiempos no puede más que excitar las emociones más primarias en un tema tan altamente inflamable. Si se insiste en ahondar estas fallas con propuestas como estas, la ruptura se ampliaría a crecientes sectores sociales. A algunos, esta posibilidad les parece una bendición: todo cuanto sea dinamitar puentes favorece sus aspiraciones políticas. No parece probable que tal sea el deseo de gran parte de los historiadores que participan en este encuentro, porque sabemos que siempre han invocado el compromiso social del historiador como santo y seña de su labor, y no parece razonable pensar que ese compromiso deba detenerse en el valle medio del Ebro.

Naturalmente, nada de esto implica que las reivindicaciones que la sociedad catalana está haciendo de forma cívica y democrática con respecto a su configuración política no deban ser tenidas en cuenta. Existe un serio problema de encaje de Cataluña con España que, lejos de haberse atemperado, en los últimos años ha subido a un nivel de alta tensión. La pésima gestión que el nacionalismo español ha hecho de esta situación nos obliga como ciudadanos e historiadores a buscar respuestas a esas legítimas aspiraciones, explorando todas las posibilidades sin descartar ninguna que tenga un respaldo democrático. Pero en un debate que debería ser riguroso y sosegado, que debería fomentar el respeto recíproco y que debería establecer cuáles son las consecuencias para cada una de las dos partes de las decisiones que democráticamente acaben tomándose en el futuro, no deberían tener ningún lugar los fantasmas del pasado, y menos aún cuando estos fantasmas son agitados como guiñoles que transmiten un mensaje tan sometido a la coyuntura política del momento.

En un debate riguroso no deberían tener lugar los fantasmas del pasado

Hemos aprendido de maestros como Pierre Vilar que la historia es la ciencia que estudia los cambios sociales en el tiempo y que, por tanto, nada es estático en nuestras organizaciones. Por eso, como historiadores debemos explicar los continuos cambios de esa realidad que llamamos España y que ya no puede ser encorsetada en ideas decimonónicas de Estado-nación. Los lazos que constituyeron los Estados-nación en el siglo XIX fueron y son cambiantes. Conviene conocer, por tanto, cómo se fabricaron y alentaron unas u otras identidades. Eric Hobsbawm, otro gran maestro, nos ha enseñado mucho sobre el modo de “inventar tradiciones”, sean españolas, catalanas o andaluzas…

Aunque cada historiador es muy libre de seguir una u otra consigna, escribimos esta tribuna porque pensamos que la nación no es un concepto amorfo ni neutro, por encima de diferencias ideológicas o de clase. Al ser un concepto directamente político, nos exige un doble compromiso. Posicionarnos como ciudadanos y, sobre todo, usar los recursos de la historia como ciencia para desentrañar cómo se ha construido esta realidad plurinacional española en la que hoy vivimos. No peligra España por reconocer que somos plurinacionales, pero tampoco es una entelequia maquiavélica que existe solo para producir opresión en Cataluña. A propósito de esa opresión, conviene recordar, como ciudadanos, que no es Cataluña la que tributa, sino que son las personas fiscales y que estas se definen en primer lugar por su clase social, no por ser catalanes. Lo contrario es mitificar la palabra Cataluña para obviar las diferencias de clases, viejo ardid de todo nacionalismo, también del español.

Eduardo Manzano Moreno es profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Juan Sisinio Pérez Garzón es catedrático en la Universidad de Castilla-La Mancha.

http://elpais.com/elpais/2013/06/28/opinion/1372415435_331064.html

AMB TOTA LA LEGITIMITAT

agosto 3, 2013

JORDI VILAMITJANA I PUJOL

Amb tota la legitimitat i tota la vàlua moral que em dóna poder dir en veu alta que no tinc res més en propietat que la força del meu treball amb la qual procuro, entre d’altres coses, en companyia de la meva dona, habitatge, aliments i estudis per als meus tres fills adolescents; amb tota la força que em dóna pagar tots els meus impostos (que és una tercera part del que cobro) i a més tolerar -per «solidaritat» amb els qui no tenen treball, em diuen- que la Generalitat em furti la meitat de cada paga extraordinària; amb tota aquesta legitimitat, aquesta vàlua i aquesta força, m’atreveixo a dir-li al Sr. Mas que es deixi de ximpleries i que faci el favor, o de governar, o de plegar.

O ens n’anem, o ens quedem. Cal una decisió, ja. Que s’hi està còmode damunt la frontissa, marejant la pardala? Doncs, sí, però toca mullar-se i ser valents d’una vegada. Tot el que han fet fins ara ha estat crear una comissió, obrir una oficina i dir que enviarà una carta… Certament, a Madrid estan tremolant. Estan acollonits. La prudència l’està fent covard, president. Jo no vull un president pusil·lànime.

Però no es tracta tant de demanar el referèndum per dir sí a la independència; es tracta de pensar el país que volem l’endemà de la independència. No es tracta de dir que la solució a tots els problemes és deixar de dependre de Madrid, sinó de dir què en farem dels nostres diners, com els administrarem. Jo no me’n vaig a Ítaca amb algú que no m’ha dit quin repartiment del pastís té preparat; amb algú que s’afanya a retallar-me el salari però que permet que el seu partit contracti assessors i càrrecs de confiança a compte dels diners públics; amb algú que està retallant la sanitat pública fins als límits del que és tolerable; amb algú que usa indistintament les paraules llibertat i sobirania, solidaritat i retallades. Exigeixo que em governi algú que s’aclareixi. Lee el resto de esta entrada »

EL ACCIDENTE INSURRECCIONAL

julio 28, 2013

Advertir del riesgo de un accidente no significa necesariamente que vaya a ocurrir, ni mucho menos desear que tal cosa ocurra. Lo importante es analizar si se trata de un anuncio alarmista o, por el contrario, si hay bases sólidas en la argumentación. Por eso me ha sorprendido el escepticismo con el que han sido recogidas mis palabras cuando advertí, el pasado 3 de julio, en el marco de un diálogo que tuve el honor de realizar con el historiador José Álvarez Junco, organizado por la Fundación Diario Madrid, de que la situación en Cataluña es “explosiva” y que puede acabar en un “accidente insurreccional”. Dado el carácter principalmente histórico del diálogo, centrado en las relaciones entre Cataluña y el resto de España y en torno a las causas del actual desencuentro, me limité a apuntar únicamente tal posibilidad, aunque luego fue el asunto más destacado en los medios de comunicación y entre algunos comentaristas.

Quisiera ahora avanzar un poco más en este argumento e insistir en que el riesgo insurreccional existe porque, como ya expliqué tiempo atrás desde estas mismas páginas (Cataluña: utopía insurreccional o federalismo, 02/05/2013), el pacto que suscribieron CiU y ERC persigue justamente un choque de legitimidades. Entiendo por accidente o colisión insurreccional el intento de quebrar el orden constitucional. En realidad, toda la política nacionalista se dirige hacia ese objetivo y ha desarrollado una lógica discursiva que consiste en afirmar que hay una incompatibilidad manifiesta entre la democracia, entendida como la voluntad del pueblo, y la Constitución. Que existe una grave contradicción entre la legitimidad emanada de las últimas elecciones autonómicas (ratificada en todos los sondeos demoscópicos cuando se pregunta a los catalanes sobre el ejercicio del llamado “derecho a decidir”) y la legalidad española. Y que, frente a esa disyuntiva, la elección solo puede estar de parte de la democracia.

Siguiendo tal razonamiento, la promesa de llevar a cabo una consulta en el 2014 tiene que materializarse de forma imperativa y, por la misma razón, en caso de no ser posible, la alternativa no puede ser otra que la declaración unilateral de independencia, después o incluso antes de unas nuevas elecciones. Esta es la posición que ERC solemnizó en su última conferencia política el pasado 6 de julio: la llamada vía kosovar. Por supuesto no es un dato menor teniendo en cuenta el auge electoral que le pronostican las encuestas.

CiU no puede posponer la consulta de 2014 sin que le acusen de traición a la causa soberanista

Por su parte, Artur Mas repitió hace unas semanas su deseo de culminar la legislatura, y por ahora sus movimientos parecen tendentes a relativizar las prisas de sus socios parlamentarios. La carta a Mariano Rajoy solicitando solemnemente la consulta, y que, según el pacto que suscribieron CiU y ERC, tenía que haberse cursado antes del 30 de junio, todavía no se ha efectuado. Ahora bien, el presidente de la Generalitat no ha descartado taxativamente ningún escenario, particularmente el de unas nuevas elecciones, a las que podría verse obligado si le fallase el apoyo de los republicanos, sobre todo si estos considerasen que el proceso soberanista corre el riesgo de entrar en una vía muerta o si las perspectivas electorales les fueran aún más favorables.

Además, hay que tener en cuenta que los políticos y los partidos no son los únicos actores en el tablero catalán, pues la presión del entramado asociativo secesionista es enorme, como se puso de manifiesto recientemente en el Camp Nou y, en septiembre próximo, con la espectacular cadena humana de 400 km prevista para la Diada. Asociaciones como la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural se han transformado en un auténtico Ejército de Salvación que moviliza a miles de personas en toda Cataluña: realizan marchas propagandísticas en los barrios del cinturón barcelonés, ponen paradas todos los fines de semana en mercados y lugares céntricos, forman banderas estelades gigantes o encienden miles de velas en las plazas de los pueblos, ofreciendo una imagen romántica de este momento que consideran histórico. Lee el resto de esta entrada »